Fue una muy buena idea para el dueño del café poner a su mujer detrás del mostrador. Los clientes acudieron en masa. Sí, la esposa ninfómana siempre había exigido más atención, pero ahora era bueno para el negocio. Sus encantos siempre estaban en el negocio, el café se vendía tan bien como el alcohol, e incluso tenía sus propios clientes habituales. Incluso una barista podía alcanzar la fama si a su marido no le importaba.
Si él saca su gran polla por cada falta y se la mete a la criada, me pregunto incluso cuánto le paga. O en días como este, llamémosle días de inspección, ¿la paga es aparte? Sin embargo, quién se resistiría a semejante belleza, que resultó ser una gran especialista no sólo en la limpieza, sino también en la ropa de cama. Con tales talentos ella encontraría un trabajo en otra área - ¡con los brazos fuera de sus manos!
¡Apesta mucho, por supuesto, pero el cuerpo no me impresiona! Bueno a no ser que para follar en el ano se desarrolle normalmente. ¡Y con mucha hambre!